En mi país no hace frío,
Hace calor y llueve,
No hay tormentas sólo un poco de
brisa,
Hay emisoras y gente con sonrisas.
Me asustan los inviernos así,
Que buscan una excusa para no
soñar,
Que llegan sin una melodía,
Y fingen haber traído gozo y paz.
Sé que la Navidad no es tiempo de comprar,
Ni las casas con luces adornar,
Es tiempo de reconocer que un día
nació,
El que nos vino a salvar. (Jesús)
Porque la vanidad, las tiendas, la
gente,
Quiere gastar en cosas materiales,
Vivir momentos interminables,
Para darle la bienvenida al nuevo
año.
Hay que compartir con la familia,
Cada abeja con su panal,
Cada libro con su historia,
Cada brindis y cada dar.
Pero, ¿por qué no vienes hasta mí
Lindo y dulce invierno?
¿Dónde estás que no te siento?
¿Dónde respiras tu perfume eterno?
¿Por qué eres diciembre y pareces
mayo?
Estás aburrido, ¿no has descansado?
Te ofrezco otro año,
De metas falsas sin cumplir.
Ya las flores de mi madre claman
calor,
Ya el manantial se vuelve frio, y no
me da razón,
Tantas dudas, tantos reclamos,
Que viva el viento, ya no hay
descanso!
Sólo en mi corazón hay calor,
Y me pregunto qué será,
Será Dios que vive en mi?
Será el horno con sus llamas?
Tantas dudas, tantos reclamos,
Aléjate de mí, triste y falso mayo.
Las galletas con leche me saben a
nieve,
Por la mentira tan grande que me
diste,
Un anciano con rosas blancas en su
collar,
Visitaría mi casa sin dejar rastros
ni hablar. (Santa Claus)
Esta noche quiero olvidarme de lo
que escribí,
Cogeré mi copa y me vestiré de
gris,
Sonreiré como si pensara igual que
ellos,
¿Por qué me sabes a miel? si eres sólo
un mes.
Oh, dulce coro navideño, cuanto te
anhelo.